lunes, 25 de febrero de 2008

EL MÉXICO PROFUNDO: DIÁLOGOS CON EL CUIDADOR Y EL JARDINERO



LOS ENCANTOS DEL SUBDESARROLLO: DIÁLOGOS CON EL CUIDADOR Y EL JARDINERO.

Johnny Gonzales revisó su correo electrónico y leyó: HAPPY GARDENS Inc. Cargo fijo mensual: 10 dólares, cargo por metro cuadrado de césped, 1 dólar, cargo por metro lineal de setos, 2 dólares; cargo por cuidados especiales de bonsáis, 5 dólares: Total: 600 dólares. Estaba contento con esta nueva compañía que recién había contratado a través del Internet para darle servicio al jardín de su casa en Madison, Wisconsin.

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Efrén López estaba en su jardín en algún pueblo de las montañas de México. Llego a saludarlo el jardinero. Ambos sabían que el tema era el sueldo, pero transcurrieron veinte minutos antes de que entraran en materia. Así lo dictan los cánones de la cortesía.

A un jardín se le suelen imponer una serie de adjetivos tales como hermoso, apacible, ó florido, sin tener la menor idea de lo que se está hablando. Es un espacio plano por lo general, cubierto de césped, y lleno de seres vivientes, siendo las plantas las más notorias, y las lombrices y las gallinas ciegas los más ocultos, por sus hábitos subterráneos.

El atractivo de un jardín depende de la variedad de plantas ornamentales y aromáticas con que cuente, y el deber del jardinero es ayudar a estas plantas a crecer y desarrollarse, para lo cual deberá luchar contra las malezas y las faunas nocivas. Dentro de un jardín se libran al mismo tiempo miles de batallas, algunas perceptibles para el ojo humano y otras a nivel microscópico. El jardinero debe inclinar la balanza a favor de las plantas benignas, apoyándolas en su lucha en contra de hongos, arácnidos y otros insectos perjuiciosos. En ocasiones debe entrar de lleno al combate, con fumigaciones dirigidas, y en ocasiones debe actuar mas discretamente, dotando a las plantas benignas con nutrientes para que puedan soportar las luchas en contra de sus enemigos.

Efrén y su jardinero dedicaron unos minutos a las aves del paraíso, analizando por qué unas estaban más desarrolladas que otras, a pesar de haber sido plantadas al mismo tiempo; y otros más, a las plantas trepadoras o enredaderas, que no pueden faltar en ningún jardín, ya que todo jardín tiene un límite, que puede ser barda o alambrada. Les llamaba la atención, que las del lado norte estuvieran espléndidas y las del lado sur raquíticas. Comentaron también el acelerado crecimiento de las palmas reales y de las pomarosas, y la negativa persistente de los duraznos a querer desarrollarse.

En algunos casos la charla condujo a conclusiones filosóficas: “Caprichos de la Naturaleza” ó “Enigmas de la Genética”, y en otros casos a decisiones pragmáticas, como las podas.

Una charla con un jardinero puede prolongarse por horas. Los jardines siempre han sido fuente de inspiración para los poetas y los escritores. “Eres como una flor”, “hermosa como una orquídea”, son algunos de los piropos mas comunes. “Mira aquella lagartona”, dícese con mala intención de una dama con fama de vaga, acostada tomando el sol, como las lagartijas. “Es una mariposa”, dícese de una chica que pasa de flor en flor, o mas bien dicho, de pistilo en pistilo. Otras analogías tienen que ver con las floras y faunas nocivas: “Eres un cardo” para alguien que molesta con solo verle; “eres una hiedra” podría decírsele a una mujer trepadora. En las canciones rancheras es frecuente que aparezcan "ratas inmundas", "animales rastreros" y los alacranes, y en las canciones infantiles las cigarras y las hormiguitas.

Cuando Efrén pasó enfrente del ciruelo recordó a su tía Eulogia, a la que todo le dan, y la que de todo se queja. Ese ciruelo tiene todos los cuidados y se le brindan todo tipo de atenciones, pero ahí está, sin alegría, con el tronco adusto, pero eso sí, echando basura.

No dio tiempo para hablar sobre las hojas secas que es uno de los temas mas complicados. Si hay muchas hojas secas es porque antes hubo muchas hojas verdes lo cual da vitalidad óptica a un jardín. También sirven para obtener fertilizante natural, pero tienen el inconveniente de elevar notoriamente la carga de trabajo de los jardineros y mermar los bolsillos de los dueños de los jardines.

Dentro de los miles de balances que hay dentro de un jardín, como el del potasio y el nitrógeno, la luz y la sombra, los insectos y las flores, la tierra y las bacterias, uno de los más importantes es el sueldo del jardinero. Hacia allá derivó la plática.

- Como le decía, todo está muy caro, dijo el jardinero.

- Así es Agustín. Todo sube menos los sueldos, dijo Efrén, en maniobra defensiva.

- Es lo que quiero explicar. Yo hago otros jardines allá por el centro, y por cada uno me dan mil pesos al mes. Usted por este jardín me paga solo 500…

-Ya le dije a don Luis que te hiciera un ofrecimiento…

-El asunto no son los mil pesos de los otros jardines, sino que vea, por el tamaño de los jardines, haga de cuenta que allá donde está el pino fuera un jardín, y acá donde estamos otro, y la jardinera donde están los carros, otro, y donde están los tendederos, uno más, porque el tramo es grande.

-Me quieres cobrar cuatro jardines aunque en realidad es un solo jardín?

-No es que le quiera cobrar lo de cuatro jardines… lo que quiero es que lo tome en cuenta para el ofrecimiento que me van a hacer.

- Como no tengo dinero para pagar lo de cuatro jardines mejor consíguelos en otro lado. Sumándolos con los otros dos ya serían seis...seis mil pesos al mes… Ojalá que tengas suerte porque seis mil pesos no los gana ni un taxista, ni un albañil, aunque ellos a veces sí, cuando tienen obras…

-Por lo mismo me interesa este jardín. He visto que a veces los taxistas no tienen ni para pagarle al dueño el alquiler del carro. He pensado que si los jardineros cobráramos mucho, los taxistas se vendrían de jardineros y la verdad es que no hay tantos jardines. Todos saldríamos perjudicados, dijo el jardinero, con un gesto de resignación.

-Si fuésemos a pagar lo de cuatro jardines no necesitaríamos jardinero, porque convendría mas contratar un peón. Un día lo pondríamos a hacer este jardín, o los cuatro jardines que dices que son, y al día siguiente lo pondríamos a desgranar el maíz, y así como se fuera necesitando, dijo Efrén, quien se entretenía con estos alegatos.

-Si eso quiere ponga su peón, dijo Agustín, un poco enfadado. Pero no es igual. El peón podrá cortar el césped pero ellos no saben podar las plantas, ni deshierbar, ni le van a decir cuando las plantas quieren su fertilizante. En cambio yo si distingo cuando el césped se pone amarillo por falta de abono o porque le cayó gallina ciega… Para no alegar más sobre los cuatro jardines, he visto que hay unos tractorcitos que llevan una cuchilla abajo. Así me podría convenir. Venden uno en los "Hermanos Flores".

-Si tuviera dinero para comprar ese tractor yo haría el jardín como don Emilio, mi vecino.

-No digo que no. Con el tractorcito Usted podría cortar el césped pero no creo que pase entre la alambrada y los arbustos. Pienso que de cualquier forma necesitará de un jardinero. Según veo yo Usted tiene otros asuntos y luego pasan varias semanas y no viene. Si se queda sin jardinero cuando venga tendrá que batallar el doble. Un jardín que se descuida es difícil volverlo a componer. Las plantas que se sequen ya no tienen solución.

-Por lo mismo te haremos un ofrecimiento, Agustín. Te diré que yo le pago a don Luis, que es quien te paga, y le pago a Luisa, que me hace el aseo, y a doña Vicky, que nos ayuda con las comidas. A todos les debo subir en la misma proporción. Si a ti te subo al doble y a ellos no, se van a molestar conmigo.

-A Luisa, que por cierto es cuñada de mi mujer, ya le subieron… dijo Agustín, con una sonrisa.

-Sin más argumentación, te vamos a decir: Es tanto lo que podemos pagar, y tu decides si aceptas ó no.


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-Luis, yo pensé que ya le habías hecho el ofrecimiento al jardinero.

-No, porque quería saber su opinión. Lo de los cuatro jardines es una idea que le metió su mujer y si ahora le damos gusto después nos va a pedir más. Por cierto, cuando se enfermó, yo hice el jardín ese mes y como ya le habíamos pagado, como quien dice, el que salió perdiendo fui yo.

Como quien dice don Luis también estaba buscando un aumento…

-No le dije a Agustín de cuanto sería el ofrecimiento. Tu eres el encargado de los dos ranchos. Si no lo quieres ofrécele un aumento mínimo que seguramente él no aceptará.

-Pienso ofrecerle los 700 pesos que me autorizó, pero como su mujer dice que le pagamos una miseria, se los voy a ofrecer hasta dentro de dos meses, porque si no, se me va a indisciplinar.

-No vaya a ser que consiga los otros jardines, y entonces sí nos fregamos. Él va diario porque vive cerca y hace las veces de cuidador. Si nos deja tendríamos que contratar otro jardinero, mas aparte un cuidador. En realidad, continuó Efrén, no me interesa tanto el jardín, sino que los inquilinos de las casas estén tranquilos y sientan que ofrecemos seguridad, porque si me desocupan las casas, no habrá rentas. Se me dificultaría hasta pagarte a ti!

El desenlace de tan delicada negociación sigue en suspenso. El jardinero se le indisciplinó a don Luis, y don Luis sabe que sería muy difícil para Efrén sustituirlo a él, porque se encarga de manejar dos ranchos y no solo uno, y está al pendiente de las casas que renta Efrén…

Por lo tanto era necesario demostrarle a don Luis el cuidador la importancia de que siguiera Agustín el jardinero, y referirle sobre todo, que Efrén y Agustín terminaron su plática como verdaderos amigos y que uno contaba con el otro para cualquier cosa que se necesitara. Por si acaso llegase a indisciplinarse don Luis con don Efrén...

Descansando en la hamaca pensó Efrén: "La vida es igual a la de un jardín". Sonrió, al acuñar esta frase de tanta sabiduría.


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Johny Gonzales, al leer el “post” pensó: Cuánta razón tenía mi padre cuando emigró de Zitácuaro Michoacán a Madison Wisconsin. En México no hay legislación laboral que sirva, ni contratos que valgan, ni seguridad social, ni cuentas bien hechas, ni mecanización, ni argumentos claros, ni empresas de servicios… Por primera vez en toda su vida, a Joe Gonsales le surgió la inquietud de charlar con su jardinero. Salió a pasear por su jardín. Al día siguiente anotó en su blog:

“Me vuelvo a México, no aguanto un mundo tan impersonal”.

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El blog de Efrén decía: “Es que la gente ya no es como antes”.

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El blog del jardinero decía: “Es que esa gente es la misma de siempre”.




3 comentarios:

rolo ridder dijo...

Pero que emotiva parábola amigo!
El equilibrio del jardín de la vida y cuántas analogías has sabido plasmar en el relato. Es que, de a ratos nos sentimos Efrén y de a ratos Agustín y también un Don Luis y hay muchísimos que nunca dejan de ser "Johny Gonzáles". Un abrazo!

ALCIDES MONTES- dijo...

Estimado amigo: Tu que has leído estos relatos, sabrás que no puedo discrepar del punto medular de tu post de hoy, de que llegados al caso, todos actuamos como mansos corderitos. ¿Qué hacer? Por lo pronto, seguir sacudiendo las conciencias, como lo has hecho el día de hoy. Te felicito.

rolo ridder dijo...

Exactamente mi amigo! de tanto sacudir se separarán las conciencias... tendremos: CON CIEN CEREBROS INDIGNADOS ARREMETEREMOS SOLIDARIAMENTE, jeje!
Tamos en el mismo bando estimado camarada! Un abrazo y muchísimas gracias por el apoyo brindado en mi No sé...