lunes, 3 de marzo de 2008

México Profundo y el Licenciado Manuel

DETRÁS DE CÁMARAS

Hoy corresponde el turno al cuento sobre el licenciado Manuel. Estuve meditando en la carretera, y en la terraza después de comer, cómo haría el cuento, y es la hora en que todavía no decido. Podría esperarme una semana más, pero no: “POSTEO, LUEGO EXISTO”.

Una opción es comenzar diciendo que hace quince años, el día tal del mes tal de 1993, el entonces Presidente de la República anunció a los mexicanos que habían concluido las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con los EUA , pero no me gustó. Pienso que la política puede aburrir a los lectores.

Ese anuncio tan solemne tiene que ver con el licenciado Manuel, que por esas fechas tendría seis años, vivía con sus padres como lo hace ahora, le ayudaba a su papá a desgranar el maíz y jugaba con sus hermanitas. Eso ya cambió. El licenciado Manuel ahora juega con la novia y la pasea en una motocicleta, sin el permiso de la mamá de ella ni el de su patrón, quien es el dueño de la motocicleta.

Otro comienzo posible es definir qué es la “globalización”. La puesta en escena sería bastante sencilla.

Reúno ahora mismo al Gabinete Estatal de hace quince años, en la Casa de Gobierno, y le cedo la palabra al Señor Gobernador, y hago que éste se la ceda al Secretario de Fomento Agropecuario, y después al Secretario de Educación, y decidan fundar un Tecnológico, instituto donde a la postre estudiaría el licenciado Manuel.

–Para preparar a nuestros jóvenes y puedan aprovechar las infinitas posibilidades que ofrece la globalización, podría haber dicho un alto funcionario.

Al igual que en la opción anterior, pienso que los lectores se pueden aburrir con tanta grandilocuencia.

Quince años atrás visité a un colega en su oficina y me presumió el programa Word que recién había instalado en su computador. Era enorme y si lo viéramos hoy parecería un armario, pero en aquella época se veía bien. Hay un detalle: No tenía módem para Internet. Por aquel entonces yo usaba un celular del tamaño de un tabique, y para poderlo transportar en el bolsillo tenía que desatornillarle la antena y una vez la perdí por descuidado.

Hoy, hasta el licenciado Manuel trae un celular delgadito y sin antena, que le sirve para recibir llamadas y tomarle fotos a la novia. Para hacer llamadas a veces sí y a veces no. Todo está en función del crédito que tenga.

La globalización es eso, un mundo interconectado por celular o computador. Si mañana voy al cibercafé y conecto el USB con este archivo al instante podrán leer mis tonterías en Tokio, Nueva York, París ó Londres. Por lo general citamos esas ciudades, y la ciudad más importante del país de cada quien: México, Bogotá, Caracas, Lima ó Buenos Aires….

No es casualidad que Alcides Montes utilice en sus cuentos la ciudad de Zitácuaro, Michoacán, pero debe ir más allá para hablar con propiedad sobre el mundo globalizado. Tendría que mencionar también el poblado de El Zapotito, Municipio de Ixtapan del Oro. En Colombia sería vereda y en España caserío y en otros lugares no sé, pero cuenta con dos cibercafés, y además es el pueblo donde vive el licenciado Manuel.



EL CUENTO DEL LICENCIADO MANUEL

Los Profetas de hace quince años estaban divididos. Unos, sobre todo aquellos que tenían puesto público, sueldo ó contrato en el gobierno, decían que con la globalización, “las nuevas tecnologías” y con la inversión extranjera, los mexicanos entrarían en la senda de la prosperidad.

Otros, auto-proclamándose como “intelectuales” tan solo por escribir editoriales en los diarios, auguraban tiempos difíciles y afirmaban que solo sobrevivirían los poderosos, que los campesinos emigrarían y abandonarían sus tierras ante la avalancha de productos de importación frente a los cuales no habría nada que hacer, más que persignarse.

El papá del licenciado Manuel era uno de los cinco millones de campesinos para los que se pronosticaba un negro futuro, quien por cierto nunca estuvo al tanto de esta discusión.

Como sucede con todos los Profetas ninguno de ellos se equivocó, porque no hay Profetas si no hay seguidores, y cada quien ve lo que quiere ver.

–Viste? Migraron los campesinos, diría un bando.

–Siempre han migrado algunos, dirían los del bando opuesto.

Cuando la ideología domina, la estupidez aflora.

–Sabías tu que los elefantes vuelan?
–No vuelan.
–Si vuelan, pero bajito…

El papá del licenciado Manuel cultiva 5 hectáreas de maíz, a veces entreveradas con frijol y otras veces con calabazas. –Si el viento tira las matas de maíz, entonces crecen las calabazas. Si llueve mucho y no hay vientos se llenan bien las mazorcas, y si llueve poco entonces el frijol se pone alegre, le gusta explicar a sus amigos. Si no llueve no hay nada que hacer, pero eso sucede muy rara vez.

Un día llegó un ingeniero agrónomo y criticó los cultivos de don Luis, el papá del licenciado Manuel, diciéndole que si mezclaba tantos cultivos en la misma parcela, ninguno se daría como debe ser, y que para enfrentar los riesgos asociados con los vientos y las lluvias era mejor adquirir un seguro agropecuario…

-Cómo sabe este señor!, pensó. Pero no le hizo caso. Hay días que se le ve sembrando, tirando en los surcos las semillas que saca del morral, y luego las cubre de tierra con el pie izquierdo. Otros días se le ve desgranando, tallando una mazorca con otra, y a veces está dándole de comer a las gallinas, sin necesidad de sembradoras, cosechadoras ni desgranadoras.

A los Profetas que pronosticaban el Apocalipsis a partir de la globalización se sumó la Secta de los Románticos, quienes veían en las actividades de don Luis y la de muchos campesinos mas, “un modelo de agricultura tradicional que es la esencia de la Nación” y por lo tanto se oponían a la globalización porque se perdería una forma de vida y una expresión de la cultura, que había que rescatar y defender a como diese lugar. Y si la defensa se hiciere a través de los subsidios que ellos administrarían, tanto mejor.

En el año de 2007 surgió una nueva secta, “Maíz Hace País” que a través de una curiosa mezcla de argumentos se hizo de muchos adeptos, combinando las tenebrosas y siniestras intenciones del señor Bush, el sabor de las tortillas mexicanas y las ganas de comer.

Nunca le pidieron su opinión a don Luis ni a ningún otro campesino, pero eso sí, anotaban con cuidado las observaciones que le hacían a sus escritos, documentos y proclamas los académicos de Harvard, Stanford o Yale.

Don Luis a veces se ayudaba con sus hijos para sus faenas. Un encuestador quiso sacar las cuentas de cuánto dinero metía y cuando dinero sacaba: Por semilla tanto, por fertilizante tanto más, y así con los demás rubros, hasta que dijo él:

-Mejor no hagamos las cuentas, porque a mí me gusta mucho esto de los cultivos, y si le estoy perdiendo, prefiero no saber.

Cuando hay que sembrar, no acepta ningún trabajo de albañilería, aunque en ese mes podría ganar lo que valen los cultivos de todo el año.

Un día, cuando sus hijos crecieron y necesitó un peón, y no consiguió ninguno, se puso a investigar entre sus amistades, familiares y conocidos. Escuchó lo que ya sabía: Que en Estados Unidos se gana en un día lo que acá en dos semanas, y estando un mes allá, se gana lo de ocho meses acá, y a veces lo de diez. Quedaba la duda pues, de que siendo las cosas así, no se hubiesen ido todos para allá.

Unos, porque no querían alejarse de su pueblo tan querido. Otros, porque les daba temor el cruce del desierto de Arizona. Algunos más no querían arriesgar sus ahorros en manos de un pollero que a lo mejor les indicaba mal el camino para que se topasen directamente con la “Migra”, lo cual es bastante frecuente en los casos de pago por adelantado. Por eso en los últimos tiempos se ofrece un nuevo servicio en los pueblos de México: Cruce ahora, pague después. Para poderlo usar es necesario tener un familiar allá, quien pagará al pollero una vez que, pariente y pollero, se presenten con él.

Aún así, había muchos muchachos en el pueblo, según ellos con ganas de trabajar, pero no en las milpas.

De ver a don Luis tan preocupado, alguien le confesó:

-No sea ingenuo, las muchachas ya no le hacen caso a los que trabajan en la tierra. Ellos prefieren estar de empleados en las tiendas, a tener las uñas todas mugrientas.

Don Luis entendió por fin por qué su hijo Manuel le ponía mala cara cuando lo llevaba a cosechar su maíz, a pesar de que era un buenazo para comerse las tortillas. Entendió por qué su hijo Manuel prefirió irse a estudiar Administración de Empresas en el Tecnológico que acababan de abrir en las afueras del pueblo. Entendió por qué su hijo Manuel prefería ir a hacerle los mandados un doctor Pablo Godoy, de Toluca, quien tenía su casa de descanso por ahí cerca.

Don Pablo siempre le dejaba las llaves de la moto a Manuel, y es cuando él sacaba su celular: Arréglese muy bonita, que ya voy en camino para llevarla a pasear.

El doctor Godoy charlaba con Manuel antes de mandarlo a comprar las Coca-Colas, el pan o sus cigarrillos, y así se fue enterando de sus progresos en la carrera de administración de empresas. La mujer del doctor le tenía mala voluntad, no se sabe bien por qué, y fue ella quien dijo un día:

-Pablo, dile al licenciado Manuel que se me olvidó la mantequilla.

Desde entonces entre su círculo de amistades se le conoce como el licenciado Manuel.

En la última charla entre ambos, el doctor Godoy notó a Manuel muy preocupado porque tenía que presentar su tesis. Al paso de los minutos salió a relucir que la preocupación no era que no se la fuesen a aceptar, sino justamente todo lo contrario: Que se la fuesen a aceptar. En ese momento cambiaría su estatus: De estudiante a holgazán.

La globalización le trajo al licenciado Manuel escuela, celular y novia. Para su mala fortuna, no ha llegado al pueblo de El Zapotito, Municipio de Ixtapan de la Sal, ninguna empresa que administrar, y ni siquiera podrá apoyar a su padre en lo que él sabe hacer bien: Las cuentas de las milpas. Como su novia está guapita y no es tonta, el licenciado Manuel tiene ahora un nuevo motivo de preocupación. Ya siente pasos en la azotea.

Mientras don Luis viva sus milpas seguirán siendo cultivadas para tranquilidad de la Secta En Pro del Mundo Globalizado. Pero cuando el fallezca, la Secta de Los Adversos mostrará las milpas abandonadas al público en general. La Secta de los Románticos seguirá sacando provecho de sus ciclos de conferencias “Todo Tiempo Pasado Fue Mejor” y “Nos Esperan Tiempos Mejores”, y de sus retiros espirituales en la explanada frente a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, situada en Cuahtémoc y Municipio Libre, México, Distrito Federal, pidiendo subsidios.

3 comentarios:

rolo ridder dijo...

Intrincada, mal llevada y más aún, sin planificación todo lo relacionado a la globalización. No se puede dejar de ser romántico de un día para otro, no se puede dejar de hace algo que a uno tanto le gusta y, no se puede equilibrar una aldea global cuando los que proponen no quieren negociar sino rentabilizar para sí mismos. Un excelente relato le salió, mi amigo. Un abrazo!

ALCIDES MONTES- dijo...

Amigo Rolocine, una pequeña confesión auto biográfica entre otras cuestiones.

Yo participé en algunas actividades que dieron lugar a nuestra globalización a la mexicana. No hago mis cuentos para expiar nada, porque volvería a participar en lo que participé.

Mi inquietud principal tiene que ver con la ineficacia de los gobiernos para enfrentar la realidad, o tal vez su habilidad para esconderla. Unos ejemplitos:

La marcha de la foto de este post ya cumplió con su objetivo. Los líderes ya tienen su Mercedes Benz y dinerito guardado para pagarle a otros manifestantes para pedir más, a cambio de unos votos en el Congreso que le están haciendo falta a nuestro ilustre gobierno para privatizar la industria petrolera.

El lío entre Ecuador, Colombia y Venezuela será por "ideologías" o por "soberanías" o habrá algo escondido por ahí, como el narcotráfico?

El Muro fronterizo de EUA, será porque ya no necesitan trabajadores, o porque lo quieren para ganar votos y después hacerle agujeros para que sigan entrando los trabajadores?

En todos estos “shows” mediáticos, los que pagan la factura son las meseras, los jardineros, los campesinos, los soldados y todas las personas que luchan día con día con su trabajo honesto. Por eso me gustó tanto el poema de Patricio X Maya Solís, y lo puse en el blog del Comunismo del Che Guevara.

Me divierten las parábolas cuentísticas, además de que yo salgo siempre por ahí de personaje. De mi vida ya escribí lo que quería y me auto publicaré en "Ediciones Lulú", desde luego que incluyendo los comentarios del gran bloggero Rolocine. Abusando de su generosidad, ojalá que me mandara una cuartillita, con lo que se le ocurra decir de Alcides Montes, y listo, Usted es el prologuista.

Siento que es el momento de hacer cosas de más efectividad en lo social, y de mayor hedonismo en lo personal, que escribir cuentos.

Me gusta mucho su blog, por el contenido y el manejo de los temas –vanguardistas y universales. Ya le estaremos haciendo propaganda por estas tierras. Cuando voy a comentar allá, me surge el dilema, de comentar al primer impulso, o escribir algo políticamente correcto, y pienso que la segunda opción no le aportaría a Usted nada. Con los cordiales saludos y el aprecio de Alcides Montes.

rolo ridder dijo...

Alcides: ya estaba presente en mi la sensación que quien escribía estos cuentos debía estar implicado en algunas de sus capas! Y debo decirle que esa sensación fue la que me mantuvo a la espera de sus nuevos relatos. Comparto sus puntos de vistas y sus elucubraciones globalizacionales.
enhorabuena por la decisión de autopublicarse en Lulú. Le apoyo tanto en la decisión como en escribir una prólogo, que más!, sería todo un honor!!.

Con respecto a los comentarios en mis posts, realmente espero lo sprimeros, los que se generan a primer impulso, agradezco su participación pues siento como ser humano la necesidad de compartir mis reflexiones, escuchar otras y crecer como individuo y como ciudadano global!
Un abrazo y si aún se puede, deme unos días que le escribo algo para la publicación y ya luego verá si le parece apropiado.